Kevin Avila

La prueba de BDV (Breakdown Voltage) en aceite de transformador revela la capacidad aislante del aceite al medir el voltaje máximo que puede soportar antes de romperse. Un valor alto de BDV indica que el aceite tiene buenas propiedades aislantes y está en condiciones óptimas para proteger el transformador. Por el contrario, un valor bajo sugiere que el aceite está contaminado con agua, partículas o productos de oxidación, lo que compromete su capacidad para evitar fallas eléctricas. Esta prueba es clave para determinar si el aceite debe ser filtrado o reemplazado.

El uso de un probador de contenido de gas en aceite de transformador implica los siguientes pasos:

Extracción de muestra:

Se extrae una muestra de aceite del transformador, utilizando técnicas que eviten la contaminación del aceite y la pérdida de gases disueltos.
Colocación de la muestra en el probador:

La muestra de aceite se introduce en el probador, que puede usar métodos de vacío o agitación para extraer los gases disueltos en el aceite.
Análisis de gases:

Los gases liberados se analizan utilizando tecnologías como cromatografía de gases o sensores electroquímicos. El equipo identifica y mide la concentración de gases como hidrógeno, metano, etileno, acetileno y monóxido de carbono.
Interpretación de resultados:

Los resultados se muestran en ppm (partes por millón). Los niveles elevados de ciertos gases, como el hidrógeno, indican la presencia de fallas internas en el transformador, como descargas parciales o arcos eléctricos.
Este probador permite una detección temprana de problemas y ayuda a evitar fallas mayores al permitir un diagnóstico preciso del estado del aceite.

El monitoreo de la salud del aceite de transformador es crucial porque el aceite dieléctrico desempeña un papel fundamental en el aislamiento y enfriamiento del transformador. Si el aceite se degrada o se contamina, las siguientes consecuencias pueden ocurrir:

Reducción de las propiedades aislantes: La presencia de humedad o partículas en el aceite disminuye su capacidad para actuar como aislante, lo que puede provocar descargas eléctricas internas y fallas catastróficas.
Generación de gases indicativos de fallas: Cuando hay sobrecalentamiento o arcos eléctricos en el transformador, se generan gases disueltos en el aceite, como hidrógeno y metano. Monitorear estos gases permite detectar fallas incipientes.
Envejecimiento acelerado del transformador: La degradación del aceite, ya sea por oxidación o acidez, reduce su capacidad para proteger los componentes internos del transformador, acelerando su envejecimiento.
Fallas costosas y tiempos de inactividad: El monitoreo continuo del estado del aceite permite planificar el mantenimiento predictivo y evitar fallas inesperadas que pueden ser costosas en términos de reparaciones y pérdida de energía.
Prolongación de la vida útil: Mantener el aceite en óptimas condiciones asegura el buen funcionamiento del transformador, prolongando su vida útil y optimizando su rendimiento.
En resumen, el monitoreo del aceite asegura la confiabilidad y eficiencia del transformador, ayudando a evitar fallas y a maximizar la seguridad operativa.