Severino Valero-Duque

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  • Un probador de humedad, gases y partículas en aceite aislante mide tres parámetros clave que afectan la calidad del aceite y el rendimiento del transformador:

    Humedad: Mide el contenido de agua disuelta en el aceite, lo que puede degradar su capacidad aislante y causar fallas eléctricas.
    Gases disueltos: Mide gases como hidrógeno, metano, etileno y acetileno, que se generan por fallas internas como sobrecalentamiento, arcos eléctricos o descargas parciales.
    Partículas sólidas: Detecta las partículas en suspensión que pueden provenir de la degradación del aceite, el desgaste de los componentes del transformador o la contaminación externa.
    Estos parámetros ayudan a determinar si el aceite aislante está en condiciones óptimas para mantener el funcionamiento seguro del transformador y permiten un mantenimiento predictivo basado en datos precisos.

    Un probador de pureza de aceite de transformador es altamente preciso, especialmente cuando se utilizan tecnologías avanzadas como:

    Cromatografía de gases (DGA): Para medir los gases disueltos en el aceite, este método ofrece resultados precisos en partes por millón (ppm), lo que permite detectar fallas internas a nivel micro.
    Sensores de humedad y partículas: Los sensores de alta precisión pueden medir la humedad y las partículas sólidas en el aceite con gran exactitud, lo que garantiza un diagnóstico fiable del estado del aceite.
    Pruebas de rigidez dieléctrica: Estas pruebas también son precisas y permiten determinar si el aceite mantiene su capacidad aislante frente a tensiones eléctricas.
    La precisión de estos dispositivos permite detectar problemas de manera temprana y realizar un mantenimiento preventivo más efectivo.

    em resposta a: ¿Cómo detectar una fuga de aceite en transformadores? #120855

    Para detectar una fuga de aceite en transformadores, se deben seguir estos pasos:

    Inspección visual: Revisar regularmente el exterior del transformador en busca de manchas de aceite, acumulaciones en la base o zonas húmedas.

    Monitoreo del nivel de aceite: Observar si hay disminuciones inesperadas en los indicadores de nivel de aceite del transformador.

    Análisis de aceite: Realizar pruebas de laboratorio para detectar cambios en las propiedades del aceite que puedan indicar contaminación o pérdida.

    Uso de detectores especializados: Emplear equipos como detectores ultrasónicos o cámaras termográficas que identifiquen fugas no visibles a simple vista.

    Verificación de juntas y sellos: Examinar componentes susceptibles al desgaste, como válvulas, sellos y conexiones, donde las fugas son más comunes.

    Detectar y reparar las fugas de manera temprana es vital para mantener la eficiencia del transformador y prevenir riesgos ambientales.

    La cromatografía de gases en aceite de transformadores (DGA) es una técnica analítica utilizada para identificar los gases disueltos en el aceite que indican la presencia de fallas internas en el transformador. El procedimiento se realiza de la siguiente manera:

    Extracción de gases: Se toma una muestra de aceite del transformador, y los gases disueltos en el aceite se extraen en el laboratorio mediante métodos como la extracción al vacío o el burbujeo con un gas portador.

    Análisis cromatográfico: Los gases extraídos se inyectan en un cromatógrafo de gases, donde son separados y cuantificados. Entre los gases más comunes se encuentran hidrógeno, metano, etileno, etano, acetileno y dióxido de carbono.

    Interpretación de resultados: Los diferentes gases pueden indicar distintos tipos de fallas:

    Hidrógeno y metano: Indican descargas parciales o sobrecalentamiento leve.
    Etileno y etano: Señalan sobrecalentamiento moderado o severo de los componentes internos.
    Acetileno: Indica la presencia de arcos eléctricos o fallas más graves.
    Acciones correctivas: Con base en los resultados, se puede planificar un mantenimiento preventivo o correctivo para evitar fallas mayores.

    El análisis físico-químico del aceite aislante de transformadores incluye una serie de pruebas diseñadas para evaluar la condición del aceite. Estas pruebas son:

    Rigidez dieléctrica: Mide la capacidad del aceite para resistir voltajes sin romperse. Un valor bajo indica que el aceite ha perdido su capacidad aislante.

    Índice de acidez: Evalúa la cantidad de ácidos generados por la oxidación del aceite, lo que puede provocar la corrosión de las partes internas del transformador.

    Contenido de humedad: La presencia de agua en el aceite afecta sus propiedades dieléctricas y puede causar fallas en el transformador. Esta prueba mide la cantidad de agua en el aceite.

    Viscosidad: Determina la fluidez del aceite, lo que es importante para asegurar que el aceite circule correctamente y enfríe el transformador de manera eficiente.

    Presencia de sedimentos y partículas: Estas impurezas pueden obstruir los canales de refrigeración y afectar el rendimiento del transformador.

    Cromatografía de Gases Disueltos (DGA): Detecta la presencia de gases como hidrógeno, metano, etano, etileno y acetileno, que son indicadores de fallas internas como sobrecalentamiento o arcos eléctricos.

    Un analizador de humedad en aceite de transformador sirve para medir el contenido de agua presente en el aceite dieléctrico. La humedad afecta negativamente las propiedades aislantes y de enfriamiento del aceite, lo que puede conducir a fallas eléctricas y acortar la vida útil del transformador. Al monitorear el nivel de humedad, se pueden tomar medidas preventivas como deshidratación o filtración del aceite para mantener el transformador operando de manera segura y eficiente.

    El aceite aislante para transformadores, también conocido como aceite dieléctrico, es un fluido que se utiliza dentro de los transformadores para proporcionar aislamiento eléctrico y enfriar los componentes internos. Los principales beneficios de este aceite son:

    Aislamiento eléctrico: El aceite rodea las partes conductoras internas del transformador, evitando que se produzcan descargas eléctricas o arcos que podrían dañar el equipo.

    Enfriamiento: Absorbe y disipa el calor generado durante la operación del transformador, evitando el sobrecalentamiento y prolongando la vida útil del equipo.

    Protección contra la oxidación: El aceite evita que los componentes metálicos y los materiales aislantes internos entren en contacto con el aire, lo que reduce la oxidación y la degradación de los materiales.

    Monitoreo y diagnóstico: A través del análisis de gases disueltos en el aceite, es posible detectar problemas internos en el transformador, como sobrecalentamientos o fallas eléctricas incipientes, lo que permite realizar un mantenimiento preventivo.

    Las propiedades del aceite de transformadores eléctricos son cruciales para su desempeño. Entre las más importantes se encuentra la rigidez dieléctrica, que mide la capacidad del aceite para resistir voltajes eléctricos sin descomponerse. Una alta rigidez dieléctrica asegura un aislamiento efectivo entre las partes internas del transformador. La viscosidad es otra propiedad clave; un nivel adecuado permite una circulación eficiente del aceite, facilitando la disipación de calor. La estabilidad a la oxidación es esencial para prevenir la formación de ácidos y lodos que pueden dañar los componentes internos. El contenido de humedad debe ser mínimo, ya que el agua reduce las propiedades aislantes y puede causar fallas eléctricas. Además, el aceite debe tener una buena conductividad térmica para eliminar eficientemente el calor generado durante la operación. Por último, la ausencia de impurezas y gases disueltos garantiza que el aceite mantenga sus propiedades aislantes y de enfriamiento a lo largo del tiempo.

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